Santiago Sosa terminó la competencia con el dolor anímico por la final perdida ante Estudiantes y, también con un dolor corporal: en el momento en que pateó su penal en la definición por esa vía, el volante sufrió una lesión muscular. El percance no reviste mucha importancia porque el plantel ya salió de vacaciones, pero de todos modos el volante seguramente deberá hacer una tarea que no tenía en sus planes para la etapa de descanso.
El plantel regresó de Santiago del Estero a las 5.30 de la mañana de este domingo y salió licenciado, aunque todavía se desconoce en qué fecha los futbolistas regresarán al trabajo para iniciar la pretemporada. A Santi le harán estudios médicos y, según los resultados, definirán que rutina de ejercicios de rehabilitación le armarán con el objetivo de que regrese a las labores del receso de la mejor forma posible.
Sosa fue designado para ejecutar el quinto penal. Al momento de impactar la pelota con la cara interna del pie derecho (metió su remate), el mediocampista sintió un pinchazo en la zona de una ingle y quedó tendido en el suelo con muchos gestos de dolor y señales de que se trataría de un desgarro. O en el mejor de los casos, sería una distensión.
Santiago Sosa se quitó la máscara para patear el penal, previo a la lesión
Para poder ver mejor, el volante se sacó la máscara antes de patear el penal. Y así, se despidió de ella después de utilizarla contra River, Tigre y en el último compromiso, además de portarla durante los entrenamientos. Seguramente guardará de recuerdo ese protector facial al que debió acudir luego de la operación de la fractura en el hueso malar derecho, producto de un codazo accidental que le aplicó Marcos Rojo en la ida contra Flamengo, en Brasil, por la Copa Libertadores.
Sosa reapareció contra el Pincha gracias a que había cumplido, ante Boca, una fecha de suspensión por haber sido expulsado por doble amarilla frente a Tigre. En el semestre disputó 26 encuentros por todas las competencias, 25 de ellos desde el arranque. Y metió dos goles: ante Fortaleza de Brasil y Atlético Bucaramanga de Colombia, ambos por el Grupo E de la Copa Libertadores.
A la final Racing llegó con casi todo su plantel a disposición, excepto Nacho Rodríguez (esguince en el tobillo izquierdo) y Elías Torres (rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha). Aunque Santiago Solari no estaba al 100% después de molestias en un cuádriceps que tenía desde hacía semanas.
