Belén Ezcurra: "Veo mi brazo y siento que vuelvo a Racing"

Los colores de Racing no sólo se llevan cuando uno se pone la camiseta celeste y blanca o utiliza algo significativo del club. Si no, que también, se lleva en el corazón y en la piel. La defiende y se enorgullece de que sea así. Días atrás, se viralizó una fotografía de un tatuaje muy particular de una de las chicas que practica hockey en el club. La joven decidió plasmar en su piel una parte de todo lo que siente por el club. Y no encontró mejor diseño que el predio Tita Mattiussi. Su lugar de entrenamiento, su casa, su orgullo. Y el de todos.

Belén Ezcurra es la protagonista principal de esta historia. Desde Viña del Mar, Chile, atiende a RDA mientras lleva adelante un proyecto para desarrollar aún más el hockey femenino en tierras trasandinas. Durante un año jugará en el Sporting Rugby Club.

El gran tatuaje que tiene Belén.

Cruzó la cordillera

-¿Cómo te llegó el llamado desde Chile?  

-El secretario del club en el que estoy tenía el contacto de mi DT de Racing porque en 2018 teníamos planeado hacer una gira por Chile con la tira B de Hockey. Al final, no se concretó. Pero comenzó otra historia. Necesitaba a tres chicas para armar un proyecto con jugadoras de experiencia y profesoras. Entre ellas estaba yo y otras dos chicas de otros clubes de Buenos Aires.

-Calza justo la frase “Del Tita al mundo"... 

-Claramente, jaja.

El origen

-¿De dónde nació la idea de tatuarte al Predio Tita Mattiusi? 

-Siempre lo pensé. A este lugar lo siento como mi casa. Me perdí muchas cosas del comienzo del Predio. La construcción en todos los sentidos que hicieron los hinchas, los bingos, las rifas, las actividades para sustentarlo, la plantación de árboles por el año 2005, todo. Me lo perdí por la distancia en la que me encontraba en ese entonces. Ahora que vivo acá lo disfruto inmensamente, es mi casa, la cuido, le enseño a mis alumnas y compañeras a respetarla, a quererla. Quería algo más. Algo que me identifique con esto, más allá de ser de Racing. Entonces, decidí tatuarme el Predio. Siempre quise tatuarme algo de Racing, pero no quería el escudo o algo por el estilo. Quería algo que al verlo un hincha lo reconozca, que sea para entendidos. Ahora veo mi brazo y siento que vuelvo a Racing.

-¿Cuánto te llevó encontrar la imagen justa? 

-No podía ser un tatuaje así nomás, tenía que ser calcado, tenía que ser igual al predio, sin diferencias y lo más real posible. Entonces, estaba a la espera de ver quién me lo hacía. El chico que me lo hizo tatúa por el mundo, hablábamos siempre y justo se dio la casualidad de que lo encontré antes de irme de Buenos Aires. Saqué una foto, se la llevé y me pidió que le cuente porqué quería eso. Finalmente, me dijo: 'Éste te lo regalo yo, como tu despedida y regalo de cumpleaños, por la pasión y por lo que trasmitís cuando lo contás'. 

Jugando para la Academia.

El armado del dibujo

-¿En cuánto tiempo o sesiones lo armaron? 

-Y.… llevó, por lo menos, dos horas hacer el boceto y una hora más tatuarme. Encima, el tatuador estaba medio enojado, por así decirlo, porque quería terminarlo ese día con el sombreado del cielo, el pasto y los alrededores. Pero la realidad era que la piel se iba a lastimar y estábamos a contra reloj, porque yo viajaba al día siguiente. Y el día del tatuaje andaba con despedidas familiares, de ex compañeras, de papás y alumnitas, etc... Fue todo de la nada y lo que se pudo se hizo en la primera sesión. En algún momento, el tatuador va a andar por Viña o alguna región de Chile y va a seguir con el resto.

-Ahora que estas en otras tierras, lo recordas, ¿no? 

-Tal cual. Además, llama la atención y todos me preguntan. Ya más de un chileno me dijo: 'Me prende la historia, me prende tu club”. Así que, de acá a diciembre, pienso contagiar y convertir a más de un chileno, je.

Su sentimiento

-A la distancia, cuando ves tu tatuaje, ¿qué pensas? 

-Que es lo más lindo y representativo que tengo. De lo que soy, de lo que hago, de lo que amo. Lo miro ratos largos y pienso que es igual, que posta es mi casa. Que no estoy ahí, pero en mi piel y mi corazón está presente.

-Este tatuaje se viralizó por todos lados en el mundo Racing. ¿Sos consciente de ese reconocimiento? 

-Ojalá. No para que me reconozcan, sino para transmitir o expresar lo que significa Racing para mí y que lo hagan otros. El hincha de Racing es especial, es único y hay más de uno, así como yo, que tiene una historia para contar. Así como muchísima gente pasó por ese predio y lo construyó de la manera que pudo yo siento que también, con historias, la gente aporta a esa construcción.

La relación de amor

-¿Cómo nace tanto vínculo con el lugar? 

-Soy de Salta, en las provincias es muy común ser de River o Boca. Mi abuelo paterno era de Racing y de chica me decía que yo tenía que serlo. Hace nueve años me fui a Buenos Aires y desde que llegué viví frente al predio, prácticamente.  No lo frecuentaba tanto como al estadio, por ejemplo. Cuando empezó el proyecto de Racing en hockey, yo ya había dejado de jugar. Había arrancado a estudiar. Pensé: “En el único club que no jugué al hockey y me encantaría hacerlo es en mi club”. Me tenía que sumar. Así arranqué. En un principio, no entrenábamos en el Tita, hasta que se nos dio el espacio... Vivía frente al Tita y siempre fui enferma de Racing... Me la pasaba de lunes a lunes en el predio.

-Estabas casi más en el predio que en tu casa.

-Je, A veces nos juntábamos en comidas en las parrillas, a veces mirábamos fútbol once masculino o femenino. Tengo amigas que juegan ahí, entrenando o dando clases. Y aún en los momentos que no tenía que trabajar con hockey. Capaz, un día salía temprano de la facultad o del laburo, tipo 15/16, y la actividad arrancaba recién a las 18/20. Pero me cruzaba a tirarme en el pasto a tomar mate, llevaba a mi perro que ama el predio a que corra, que juegue, etc..

-¿Cómo arrancaste con el hockey? 

-En Salta, empecé en el colegio. En el pueblo donde vivía no había un club, propiamente dicho. Por eso, con mi papá, mi hermana y Juan, un Profe con el que había jugado de chica, fundamos el primer club de Hockey que se llama Linces Hockey Club, con personería jurídica y avalado por la asociación salteña de Salvador Mazza. Un par de años después, volví a mi pueblo, Orán, e hicimos más o menos lo mismo con un club que solamente tenía Rugby. Se llamaba Zenta Rugby club. Antes de venir para Buenos Aires, terminé jugando en Gimnasia y Tiro de Salta, en la sede que tenía el club en mi pueblo.

-¿Y en Buenos Aires dónde comenzaste a jugar?

-Arranqué en San Lorenzo, pero me quedaba muy lejos. Fui a Lanús, que era lo más cercano en ese momento, estuve unos años y después lo hice más tranquila en un club de barrio que se llama Las Heras Sport de Lomas de Zamora. Dejé ahí por ir a jugar a la facultad, donde había arrancado. Me propusieron formar el equipo de la Universidad Nacional de Avellaneda., siempre formando yo, ja. Y a los años dejé el equipo de la facultad por Racing.

Su primera vez con la casaca

-¿Cuándo te calzaste la camiseta de Racing, qué sentiste? 

-Era soñado... Jugué con una camiseta de Racing de fútbol, la de campeón 2014, porque no era aún el torneo oficial que jugamos hoy por hoy. No caía, cada vez que iba a jugar estaba ansiosa, nerviosa, quería que llegar a la arenga antes del partido y gritar bien fuerte: “En el este y el oeste, en el norte y en el sur, brillará blanca y celeste, la academia Racing Club. ¡Vamos Racing!” Después de eso, entraba más relajada y me metía en clima del partido.

-Tu abuelo lo que más quería era que fueras de Racing y mira... 

-Él no me vio hacerlo, me hubiese encantado que lo viviera conmigo. Pero soy consciente de que si le di el gusto, y que claramente tenía que hacerlo. Siento que estaba escrito. Aunque suene exagerado, tenía que calzarme la de Racing. Además, fue justo también con el deporte que hago desde chica. Por algo se dio así.

-¿Cómo ves el crecimiento del deporte en el club? 

-Creció a pasos agigantados. No es fácil para un club tener en tan pocos años un lugar propio, como nosotros con el Tita, con una cancha propia, habilitada, con vestuarios, dos ex Leonas como coordinadoras y todo lo que tenemos. La identidad de Racing en Hockey, la manera de jugar, de recibir a un rival en su propia casa, de manejarnos en general. Ya es reconocida en varios lugares y clubes con los que nos enfrentamos. Y a nivel de juego, peleamos con equipos que tienen años y años dentro del deporte.

-¿Y sentís que demostraron estar a la altura de esos equipso o les falta algo?

-Estamos a la altura. Hay dos categorías que salieron campeonas dos años consecutivos. Tenemos dos tiras compitiendo, la A y B. Caballeros, escuelita... Es muchísimo para tan pocos años en el ambiente y con tan buenos resultados. Ni hablemos de proyección propuesta para el Semillero, tanto en masculino como femenino. De hecho, Las Titas juegan prácticamente la misma cantidad de años que el club al que vine a jugar ahora en Chile. Y la diferencia es abismal.

El aporte de las experimenadas

-¿Cómo ayuda a un club tener a dos ex jugadoras de la selección? 

-Si bien son dos ex Leonas y muy reconocidas por sus años en el ambiente, son dos personas más que forman parte del hockey en Racing. Es increíble poder vivir los días dentro del club de igual a igual con dos bestias como ellas. Están siempre dispuestas a sacar dudas, explicar, corregir, sugerir, charlar y todo lo que te imaginas... Sea con jugadoras, con padres, con Profes, con quien sea. Siempre con un mate en la mano, chiste va, chiste viene... A nivel deportivo, tenerlas ayuda significativamente a dar un salto de calidad. Estamos muy bien manejados por entrenadores o cabezas de grupo, caso Matías Orsolini o Cristian Ruíz. Pero la lista es muy larga. Su presencia ayuda para dar otros enfoques y desarrollo de la actividad.

-Hasta diciembre te quedarías... ¿No? 

-Sí, por el momento es la idea. Lo de acá en Sporting Rugby Club es un proyecto a largo plazo que recién inicia. Pero claro, hay que ir viendo que depara el destino...

-¿Qué tuviste que dejar en Buenos Aires?  

-El laburo y la licenciatura en enfermería, ja.

-¿Estás en búsqueda laboral en Chile? 

-Por ahora juego, doy clases en el club y, aparte, el club me ofrece un laburo en el restó como camarera.

-Cuando vuelvas... ¿Hace falta preguntar a dónde vas a jugar? 

-Claramente, no. A Racing, siempre.

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