Cruzar de vereda

La Academia visita al rival de toda la vida el próximo domingo en un choque clave para prenderse de lleno en la lucha por el torneo. En esta nota, RdA repasa algunos jugadores que hayan vestido ambas casacas.

Hilario Navarro, actual arquero de Banfield, arribó a  la Academia allá por el 2007 bajo la dirección técnica de Gustavo Costas. Proveniente del futbol paraguayo, tuvo un paso de mayor a menor bajo los tres palos académicos y se marchó tras tener una lesión que le impidió atajar los partidos decisivos del año 2008. Los racinguistas no guardan el mejor recuerdo de él, ya que 3 años después se convirtió en el golero de los vecinos.

Hilario llegó con Costas

Por la banda derecha ubicamos a Martin “Pelotin” Vitali, el lateral derecho surgido en Ferrocarril Oeste. El Pelado tuvo un par de años aceptables en la defensa del Rojo, pero sin lugar a dudas alcanzó su pico de rendimiento al arribar a la Academia a mediados del 2001 para consagrarse campeón 6 meses después. Aquel centro a Gabriel Loeschbor en el agónico empate tras mala salida de Rocha quedará inmortalizado en la memoria de todos los académicos.

En la zaga central encontramos a Sergio Vittor, quién jugará como segundo marcador central el próximo domingo en el once titular de Diego Cocca. El Chino, quien pasó por infinidad de clubes del medio local, debutó profesionalmente en la primera de Independiente, donde solía jugar como mediocampista central. A Racing llegó a principios del 2016 de la mano de Facundo Sava.

Damian Ledesma, volante devenido como zaguero en la actualidad, también paso por ambas instituciones. Estuvo un par de temporadas en C.A.I y arribó a Racing a mediados del 2009 a pedido de Ricardo Caruso Lombardi. El dato más interesante fue que convirtió el gol del descuento en la derrota contra el rival de toda la vida en el Apertura 2009 (1-2).

Para completar los cuatro del fondo, mencionaremos  a Nestor Clausen, campeón del mundo en México 1986.  Estuvo en la época dorada con los vecinos y vino a Racing prácticamente en el final de su carrera, donde no anduvo nada bien.

Vitali, campeón en 2001

En el mediocampo lo tenemos a Hugo Périco Perez. El volante central, de fortísima pegada, fue importante en la Academia a fines de los 80’. Sin embargo y pese a que actualmente brilla en el Futbol Senior de Racing Club, al público le quedó el sinsabor de que Perico haya jugado luego en el Rojo, y lo peor de todo, que le haya ido tan bien.

Uno que anduvo sin pena ni gloria por ambos clubes fue Cristian Pellerano. El desgarbado volante central, que venía de pasos fructíferos por Atlanta y Nueva Chicago, nunca sintonizó frecuencia la Acadé, donde arribó a principios de 2007, en el segundo ciclo de Mostaza Merlo. Años después cruzó el charco para jugar en el Rojo, donde tampoco pudo mostrar demasiado.

Al que los racinguistas siguen adorando es al gran Angel “Matute” Morales. El enganche criterioso surgió del Rojo, donde en sus comienzos apenas dio destellos de su potencial. Tras una experiencia en el fútbol europeo, fue tentado por Angel Cappa a mediados de 1998 y no dudó en ponerse la celeste y blanca. Tuvo un torneo interesantísimo en aquel torneo, que un Racing repleto de jugadores de buen pie, terminó tercero detrás de Boca y Gimnasia. Inolvidable será aquel golazo suyo en la victoria (en 2 tandas por el apagón) de la Academia en la Doble Visera en el Apertura de aquel año.

Matute la rompió con Cappa

En la delantera ubicamos a Walter Parodi, Esteban “Bichi” Fuertes y Matín Vilallonga. El primero, confeso hincha de Racing, militó en Racing a fines de los 80’ y recaló años después en el Rojo. El Bichi, ícono sabalero, surgió de las inferiores del Rojo, anduvo muy bien en Platense y pasó a la Academia donde alternó buenas y malas, destacándose por haber integrado el equipo que dirigía el Coco Basile que llegó a semifinales de Copa Libertadores en 1997. Justamente en aquel plantel también estaba Vilallonga, aquél delantero morrudo que se inició en la calle de enfrente y llegó a Racing a mediados de 1996 para convertir no más de una decena de goles.

En el banco de los suplentes podríamos mencionar a varios entrenadores que pasaron por los dos equipos de Avellaneda, pero nos quedamos con Miguel Brindisi, uno de los más recientes,  quién tuvo un buen paso por la Academia en 1995, dejando al equipo en la segunda ubicación, tras la salida de Pedro Marchetta. En Independiente fue campeón de Torneo y Supercopa en 1994  en su primera etapa y luego terminó siendo el DT, con el que el rival de toda la vida, bajó de categoría en 2013.

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