Racing-Estudiantes: "Con el corazón contento"

El asesinato de José Luis Cabezas era un grito de impunidad. La libertad de prensa estaba parada exactamente en el mismo lugar que 13 años antes. El reportero gráfico que fue encontrado con dos disparos en la cabeza, las manos esposadas y su cuerpo prendido fuego, investigaba la corrupción política y el fraude que atravesaba la Argentina que, un tiempo después, caería en la crisis social y económica más trágica de su historia.

La tapa de la Revista Racing.


En ese contexto, y en el de los docentes planeando instalar una carpa blanca frente al Congreso, el fútbol argentino disputaba el Torneo Clausura de 1997. Un competitivo certamen de 20 equipos, que en el período de la igualdad del peso argentino con el dólar estadounidense podía adquirir figuras del continente, sostener un tiempo más a las propias y a los jóvenes formados en Inferiores.

El contexto deportivo

El River de Ramón Díaz era el mejor equipo de nuestro país. Había sido campeón de América y del Apertura en el '96 y se perfilaba para ganar un nuevo campeonato nacional con un equipo de primer nivel entre los que se destacaban Marcelo Gallardo, Enzo Francescoli y Marcelo Salas. Racing acumulaba su año número 31 sin vueltas olímpicas a nivel local. Para cortar con la racha adversa más seria de toda su historia, en 1996, el gobierno de Osvaldo Otero contrató a Alfio Basile, quien como DT de Racing devolvió al equipo a Primera en 1984 y tras algunas buenas campañas en los años siguientes logró como entrenador la Supercopa Sudamericana de 1988, el último trofeo internacional del club. Racing, con Basile al mando, cerró en el cuarto lugar, con 32 puntos, el Apertura de 1996 y se preparaba para afrontar el Torneo Clausura, la gran obsesión de Basile y del club. También la Copa Libertadores, a la que había clasificado por ser segundo del Apertura de 1995 y ganarle un duelo de subcampeones a Gimnasia en el Monumental.

Las declaraciones de Basile indicaban que para el arranque de la Copa no pondría lo mejor. Aunque hoy suene insólito, en esos tiempos era lo normal. La primera fase del certamen continental presentaba un interés súper moderado y la prioridad de Racing era ser campeón local. La exigencia de esos tiempos era la gloria en el país. Basile puso a sus mejores 11 para la primera fecha del torneo en Rosario. Y el debut estuvo demasiado lejos de lo esperado: Central le ganó 5-0 a la Academia de Avellaneda. No era época de redes sociales. La disconformidad de los hinchas se expresaba en audiciones partidarias mediante llamadas telefónicas. Las siguientes fechas llevaron para Racing dos triunfos consecutivos: 2-0 a los suplentes de Vélez en Avellaneda (el mismo día Racing, con jugadores alternativos, perdió en Ecuador 2-0 con El Nacional de Quito y los títulares de Vélez se midieron con Emelec del mismo país. Observen acá la importancia que tenía la Copa que se jugaba el mismo día que un certamen local) y 2-1 a Gimnasia en Jujuy. En la fecha 4 y con un gol de José Luis Calderón sobre la hora, después de que errase uno increíble Martín Vilallonga, Independiente le ganaría a Racing 2-1 en el estadio de la Acadé.

El partido con Estudiantes

Para la fecha 5 el presente no era el mejor. Racing no había ganado aún en cuatro presentaciones de la Libertadores, y en el campeonato acumulaba 6 puntos con dos victorias y dos derrotas, que incluían un clásico. Un triunfo en Avellaneda ante Estudiantes, lo reacomodaría en la tabla.

El domingo 16 de marzo de 1997, hace 22 años atrás, Racing salía a la cancha con las ausencias de Ignacio González, Carlos Galván y Marcelo Delgado, convocados a la selección de Daniel Passarella y en la plena inexistencia de la fecha FIFA, y Carlos Mac Allister, lesionado. En Estudiantes atajaba Carlos Bossio, quien un año antes le había marcado un histórico gol de cabeza y sobre la hora, tras un córner desde la izquierda, a Racing. También jugaba Lionel Scaloni, y los delanteros eran Bernardo Romeo y un joven platinado de 23 años que Racing había deseado en su último mercado de pases: Martín Palermo.

Los días políticos de Racing eran difíciles. La deuda del club crecía fervientemente y su obligación de ser campeón lo llevaban a cometer locuras que ninguna administración podía tolerar. Pero aún eso no era noticia prioritaria.

Oscar Sequeira, el árbitro del partido, dio la orden y a los 2 minutos el mismo Martín Vilallonga, cuestionado una fecha antes, puso el partido 1-0. Racing lo sufrió. Lo peleó. Y lo ganó con esfuerzo. El buen partido de Fernando Quiróz y la figura de la tarde: el arquero Walter Cáceres, lo hicieron posible. El suplente de Nacho González se atajó todo. Inclusive un penal a Martín Palermo. La Revista Racing, en su edición número 838 de su segunda época, lo dio como figura con 9 puntos y con el triunfo 1-0, Racing se acomodó en los primeros cinco puestos de la tabla.

La figuta del partido: Cubito Cáceres.

"Con el corazón contento" tituló la Revista de la Academia, que en tiempos difíciles en lo institucional, lo había jugado con el corazón y había sido feliz.
Horas después de aquel triunfo ante Estudiantes la oposición del club quería convocar a una asamblea extraordinaria para conocer el estado financiero. Era el año más político de todos los años políticos de Racing. En diciembre serían las elecciones en las que se impondría Daniel Lalín. El resto es historia conocida. Hoy juegan Racing y Estudiantes. 22 años después algunas cosas cambiaron, como Racing, otras no tanto.

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4 comentarios en “Racing-Estudiantes: "Con el corazón contento"”

  1. ¡Muy buena nota! Personalmente, disfruto los relatos bien escritos y sin erratas. A medida que iba leyendo, iba recordando esos tiempos. Muchas gracias y ¡vamos akd!

  2. Que manera de sufrir en esas épocas. Cualquier equipito nos ganaba. Y sino nos choreaban. Las cosas en Racing han cambiado muchísimo para bien, para que me voy a extender??. Y sin la mafia en la comisión directiva como tienen los vecinos. Esperemos seguir en este camino.

    1. Daniel Edmundo Rodríguez

      No me gusta el planteo de pasar lo a siempre para atrás., una cosa es cuidar la pelota y otra lateralizar o pases para atras hasta llegar al arquero, todo el tiempo haciendo eso.
      También se van para atrás y el medio campo recula y no marca, agrandan rivales

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