El Karma de Racing

Esta Copa no va a dejar tranquilo nunca a Racing. Ni siquiera cuando merece ganar. Buscar una explicación lógica, desde el desarrollo del juego, solo sirve para un consuelo temporal y que no define del todo la cuestión. La lotería de los penales, el mal estado del campo, la tormenta, el viento, ni hablar de la falta de definición en los últimos metros. Todas cosas ciertas. Pero es imposible justificar esta derrota solo desde ese lado, porque no deja de ser un golpe duro y un papelón futbolístico. El campeón del fútbol argentino queda afuera nuevamente en 32avos de final de la Copa Argentina, uno de los objetivos de este equipo.

“Queremos aprender la lección que nos dejó el año pasado”, dijo Coudet el viernes en conferencia. Evidentemente no se pudo. Sarmiento de Resistencia (con idéntica camiseta) había aplicado un golpe difícil de digerir en la edición pasada y en esta oportunidad Racing volvió a caer ante un equipo muy inferior, que no escondía nada.

Se sabía de antemano la ecuación que iba a presentar el rival. Boca Unidos no iba a desarrollar otro papel más que el del equipo que trata de aguantar, que aspira a alguna contra y que intentaría llegar a los penales. Lo que cuesta entender fue lo irresoluto de Racing.

El primer tiempo del equipo de Coudet fue casi perfecto. Tardó quince minutos en acomodarse y luego fue un vendaval que atacó por todos lados. El Pulpo Gonzalez fue amo y señor en tres cuarto de cancha, con pases punzantes y precisos. Los laterales se asociaban bien en ataque, la dupla Solari-Pillud era lo mas sólido y no pasaba sobresaltos defensivos. Pero arriba ya empezaba a generarse una deuda. Cvitanich falló dos claras, Licha no estuvo picante y Racing se fue al descanso con una extraña sensación. Debía estar dos goles arriba y se iba sin nada.

Racing bajó en el segundo tiempo

La etapa final arrancó igual al fin de la primera parte. Racing apretando y jugando casi dentro del área del equipo correntino. Pero con el correr de los minutos se agotaron las ideas. La tormenta empezó a mover la pelota en el aire, la cancha se hizo muy rápida por el agua, pero se secó el funcionamiento que el equipo había mostrado en el primer tiempo. Ya no era lo mismo. El Pulpo González fue reemplazado y aunque Racing ganó en frescura con la zurda del debutante Matías Rojas, perdió el pase filtrado y la claridad cerca de la medialuna que estaba dando el ex Lanús. Barbona entró con alguna buena gambeta, pero se perdió en el tumulto. Zaracho arrancó descolocado por la izquierda (deberá reveer eso Coudet) y en el segundo tiempo volvió al medio, pero sin hacer la diferencia. Todo lo que queda después es historia conocida.

Los penales le dan la posibilidad al que hizo poco de llevarse mucho. Pero esas son las reglas y hay que saber destacar todo lo que aguantó Boca Unidos, amparándose en las manos de arquero José Aquino. En definitiva, Racing se queda sin Copa por errores propios, por fallas claras en la definición y por no resolver un problema que era obvio desde el inicio. Aun así, el equipo en el primer tiempo jugó bien, mostró actitud todo el partido y fue el que siempre quiso ganar. La bronca no se irá por mucho tiempo, porque se acortan los objetivos, en un semestre largo y con un plantel muy amplio. Habrá que dar vuelta la página rápido y volver a resurgir. Racing puede y debe.