"Hasta enfrenté a Romario y Robinho"

Del otro lado del teléfono suena una voz simpática que delata la amabilidad del entrevistado al consultarle sobre su carrera y, principalmente, sobre el club de sus amores. Ahí está Diego Adrián Loscri, el mismo que llegó al club a los cuatro años, que se formó junto a un tal Diego Milito y hasta fue parte del inolvidable Racing Campeón 2001. Repasá en esta entrevista de RdA la historia del “Cebolla”, aquel habilidoso zurdo pelilargo que deslumbró en sus inicios, que recorrió el mundo jugando en distintas ligas y que hoy, a los 40 años, es entrenador de futsal.

-¿Cómo y cuándo fue que llegaste al club?
- Recuerdo que yo debía haber tenido 4 ó 5 años al arribar a Racing para jugar baby fútbol, no estaba armada mi categoría (1977), entonces empecé a jugar con los chicos más grandes y ahí arranqué con todo el caminito de Inferiores. Me pasaron a cancha de 11, Infantiles, Pre-Novena, Novena y después fui saltando alguna que otra categoría, según los que me iban viendo. Y un día caí en Primera.

-¿De dónde viene el apodo Cebolla?
- Tiene que ver con que cuando arranqué a jugar era de los más chiquitos y, cuando ligaba alguna patadita o no veía a mi vieja en la tribuna, me largaba a llorar. Ahí me apodaron Cebolla y quedó para siempre.

-¿Cuál fue el entrenador que más te marco en aquella época de formación en Racing?
-Miguel Gomis, seguido también por Bartolo Alvarez, pero Gomis fue mucho lo que me enseñó adentro y afuera de la cancha. Por suerte hoy volvió a estar en un lugar clave para los chicos de Racing.

- Debutaste en Primera recién a los 22 años. ¿A qué se lo adjudicas y que recordás de aquel día?
- Si, fue en el 99, porque en el 98 había ido al banco en un partido contra San Lorenzo, con Angel Cappa como DT, que también me llevó a la primera pretemporada en Primera. Pero fue al año siguiente, con Costas y Maschio en el banco, que tuve la suerte de debutar. Me acuerdo que se atrasó todo porque tuve una lesión muy fulera, de las pocas que tuve en mi carrera, porque no era mucho de lesionarme. Se me fracturó el peroné justo en el momento que estaban subiendo a todos los chicos de mi camada como Bizarri, el Chanchi. A mí justo me pasó eso. Si no me equivoco, debuté en un partido contra Argentinos Juniors jugado en el Cilindro. Eso fue algo inexplicable para mí porque desde siempre fui fanático de Racing. Es más: antes de jugar en la Primera lo seguía a todas partes como hincha…

- ¿Cómo es eso? ¿Ibas con algún grupito de la tribuna o con familiares?
- Ibamos a todos lados, me acuerdo de muchos viajes a Rosario, a Santa Fe y distintos lados del Interior. Iba mucho con Zanello, con otro chico que se llamaba Centurión y llegó hasta la Reserva. Fueron épocas muy lindas.

-Convertiste un gol oficial con la camiseta de la Academia.
- Si, fue jugando contra Newells en cancha de Racing, ganamos el partido 2 a 0 ó  2 a 1, el otro lo metió Canobbio. Fue en el arranque del año 2001.

- Fuiste dirigido por Costas, por el “Pampa” Jorge, por la dupla López-Cavallero y también por Mostaza…

-Exactamente, con todos fui alternando en el primer equipo. Cuando más participación tuve fue en el primer torneo de Mostaza. Aunque después, para la segunda parte del año, cuando salimos campeones con la llegada de Leo Torres, de Gustavo (Barros Schelotto) y del Pepe (Chatruc), no terminé jugando. Estuve en el banco un par de partidos pero creo que no entré a jugar en ninguno.

-¿Qué significó para vos formar parte de aquel plantel campeón?
- Fue algo increíble, imagínate en mi caso que venía al club desde chiquito y era un hincha enfermo, además. Ya haber jugado en Primera fue un sueño, y luego pelear un campeonato y conseguirlo es algo que no tiene nombre ni comparación. Yo le digo a todos mis amigos que cumplí mis sueños de jugar en Primera y salir campeón con la camiseta que amo.

- ¿Cuál de tus compañeros de aquellos años en Racing fue el que más te deslumbró?
- Y yo creo que Milito, porque más allá de que en esa época aún no había explotado, ya te dabas cuenta de la clase que tenía con algunos movimientos, con algunas jugadas. Algo similar veía en los entrenamientos con Lisandro López o con Mariano González. Uno se da cuenta cuándo tiene compañeros fuera de serie entrenando al lado.

-En 2002 te fuiste para el fútbol boliviano. ¿Cómo fue esa experiencia?
- Si, se dio al año siguiente de salir campeones. Volví a jugar bastante con Mostaza en el torneo posterior y luego me salió la chance de irme a préstamo a The Strongest a jugar la Copa Libertadores, porque los pibes del club, con la llegada de Ardiles, quedamos un poco relegados. Tuve un quilombo terrible de papeles, que no llegaba el transfer y demás, cuestión que de la Copa quedamos afuera al toque porque perdimos los primeros partidos y no pasamos de fase, pero no anduve nada mal, metí un par de goles y salimos campeones del torneo boliviano. De ahí volví para Racing, que era dueño del pase. Estaba Angel Cappa como entrenador y el plantel estaba armado y no tenía chance de quedarme. Y me volví a ir, en este caso a Brasil ya con el pase en mi poder.

- ¿Qué balance haces de tu paso por el futbol brasileño?
- Fue el que más me impactó porque enfrenté a cada nené, mamita. Mi equipo era el Guaraní, que en ese momento estaba en Primera. Jugué contra el Santos donde estaban Robinho, Diego, Elano... Contra el Fluminense de Romario, también estaba en mi equipo el delantero Viola, había un tal Felipe que jugaba muy bien en Flamengo. Además me adapté muy bien a la vida social allá. Me quedé  un año y de ahí me fui a España.

-¿Cómo surgió la chance de ir al Viejo Continente?
- Y esas cosas llegan generalmente por intermedio de los representantes y yo siempre había querido jugar allá. Me tocó ir al Castellón, que estaba en la Segunda B de España y nos tocó ascender una categoría, por suerte.

-Después del fútbol español te fuiste al fútbol griego..
- Si, y ahí tuve muchísimos problemas, de los que te van desgastando. Tenía muchas propuestas cuando estaba en España y no terminé de cerrar con ningún club, por muchos temas de intermediarios, y quedé seis meses parado hasta recalar en Grecia, donde pasé por dos clubes de allá con un regreso a Argentina de por medio. En el segundo equipo griego que jugué  compartí plantel con Rafael Maceratesi, pero no nos pagaban, era una locura. Con el Rafa habíamos sido compañeros en 2001 en Racing y fue lo mejor que me pasó en Grecia tenerlo de compañero. Hasta el día de hoy sigo en juicio con uno de los clubes de Grecia por una plata que nunca me pagaron.

-Después de tu paso por Grecia tomaste la decisión de abandonar la práctica profesional de fútbol. ¿Por qué?
- Fue muy cuesta arriba la última etapa en Grecia y me cansé tanto que decidí dejar. Tenía 30 años, debía ser el año 2007 y hasta ahí llegué, me sacaron las ganas tantas cosas que vi que no se cumplieron más que nada en los escritorios. Era mucho el sacrificio que había hecho.

-En todos los clubes que pasaste te destacaste por tu rol de asistidor.
- Y cuándo uno no tiene mucho gol, en algo se tiene que hacer fuerte. Tuve la suerte de poder dar varios pases gol, para mí era como hacerlos.

-¿Cómo es que pasas a jugar fútbol de salón en UAI Urquiza?
- Habían pasado un par de años de que había largado el fútbol y por intermedio de un amigo me invitaron a jugar en UAI Urquiza, pero al fútbol sala. Quiero aclarar que no jugué en la primera de fútbol de 11 como leí en algunos lados, sino que jugué al fútbol de salón un par de años ahí. Fue una linda experiencia a la que también me tuve que acostumbrar, aprendí los movimientos y estuve jugando hasta el año pasado.

-¿Que estás haciendo actualmente?
- Este año empecé a ser el entrenador del fútbol de salón de la UAI Urquiza, justamente. Tuve una experiencia dirigiendo Inferiores de Temperley, la Quinta División en el año 2014. Vivo de esto y con lo que pude ir guardando de mi paso como jugador, aunque nunca tuve demasiada suerte con el tema de los contratos. Irse afuera no siempre te garantiza cobrar bien, por lo menos no en mi caso.

- Volviste a pisar el Cilindro a mediados de 2015 en el duelo de Campeones que organizó la CD y después en la despedida de Milito por invitación de Diego. ¿ Qué sentiste al volver a pisar el campo de juego?
- Estuvieron genial las dos veces, siempre se disfruta. Lo más lindo es que pude entrar a la cancha con mis dos hijos, eso es lo más grande que me pasó, una emoción muy fuerte. El Cilindro a mí me vuelve loco.

- ¿Te sigue reconociendo la gente en la calle?
- Mmmm, muy poco, aunque después que pasa algún evento que voy, alguno que otro se acuerda. Algún que otro fanático igual siempre aparece, acá en el Barrio de San Telmo me conocen todos, pero en otro lugar casi que paso inadvertido.

-¿Te gustaría seguir dirigiendo en el futuro?
-Sí, yo aspiro a seguir dirigiendo y ni hablar de si me toca poder hacerlo en Racing, donde conozco todos los rincones. Estoy muy en contacto con Zanello, un amigo desde siempre que está entrenando la Novena y siempre me cuenta lo lindo que está el club ahora. Con el ya trabajé en Temperley.

-¿Con que compañero te quedas en estos 10 años de carrera que hiciste como futbolista?
- Con muchos hice muy buena relación, pero por nombrarte un par, con Zanello, con el Chanchi Estévez, con Chiche Arano, con Milito... Con ellos compartí un montón de cosas. Sería lindo poder reencontrarme con ellos adentro de Racing nuevamente.

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4 comentarios en “"Hasta enfrenté a Romario y Robinho"”

  1. La mejor suerte Loscrin como tantos chicos de Racing tapados por jugadores de bajo nivel y caros. Ej Barros Schelotto . Lucero .en esa posición .
    Cebolla es del Club ahora hay que bancar a los que están . que ser a de la vida de Guillermo Hauche o Marina .
    Volverá Mauro Bazán del prestamo o nos quedaremos con glorias como Pillud Patiño o Sarabia. En este trío hemos gastado fortunas y José Luis Gómez y Bazán y En breve Escudero están afuera del Club.

  2. Como no recordarlo. Siempre para mí es una alegría que un jugador de Racing, sea de buen pié. Una lástima que no se lo haya considerado como correpondía.
    Es el caso de muchos chicos que se malogran (en Racing) por distintos motivos. Hay muchísimos casos.

  3. Qué mala suerte que tuvo este muchacho. Era imposible sacarle la pelota, daba gusto verlo jugar. Nunca entendí porque era suplente en ese racing falto de figuras. La verdad que mucha mala suerte, ojalá se le dé cómo DT

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