"Como entrenador de arqueros no sentía adrenalina"

Además de contar detalles íntimos como futbolista, Nacho González también habló con Racing de Alma de su actual etapa como técnico. De ser entrenador de arqueros a técnico, lo que sintió dirigiendo a lo Academia y cómo ve a los técnicos en la actualidad comparados a los de su tiempo. Un Nacho que, como siempre, no se guarda nada. "Como entrenador de arqueros no sentía adrenalina de ganar, perder o empatar, me faltaba algo. Estaba en una posición muy cómoda en ese puesto. Como coincidió con una muy buena etapa de Saja en el club, cuando salíamos a hacer la entrada en calor en el Cilindro nos aplaudían a los dos. Sentía que yo no tomaba decisiones en nada, salvo en la manera de entrenar en la semana", expresó en el mano a mano a este portal.

-Dirigiste a All Boys y a Atlético de Venezuela. ¿Te está costando regresar al ruedo?


-Insertarte hoy en el fútbol está difícil. En el Ascenso, complicado. Y mucho más en Primera División. En 2010 decidí volverme de España, después de vivir en Islas Canarias, en una isla hermosa, divina (allá tuvo dos ciclos en Las Palmas). Con el diario del lunes es fácil preguntarme: "¿Por qué tomé esa decisión?, je".

-¿Y por qué la tomaste?


-Porque quería hacer el curso de técnico. Creía que era mucho más sencillo insertarte. Y me equivoqué con respecto a eso. Pero no en mi forma de pensar y de manejarme. Yo de Racing me fui en el año 1997 y volví en 2012 como entrenador de arqueros del Coco Basile. Después llegó Luis Zubeldía. Me daba muchísima participación porque yo veía los partidos desede arriba, en la tribuna. Me sentía parte del cuerpo técnico. Quise salir de la zona de confort de entrenar arqueros para ser técnico.

-¿Qué recordás del partido que te tocó ser técnico interino de Racing en la derrota 0-1 ante Estudiantes?


-Fue una de las mejores semanas previas que viví. Soñé todo lo que sueñan los entrenadores cuando salen al Cilindro. Desde los 14 años estuve en el club, mamando un montón de momentos difíciles. Vivir un clásico como entrenador de Racing sería lo más grande que me podría pasar. Lástima que a ese partido lo dirigí de visitante y sin público. Pero para mí fue una semana maravillosa.

-¿Cómo la fuiste transitando?


-Al manejo lo vas incorporando con experiencia. Me sentí cómodo. Los pibes se portaron excelentemente bien. Traté de darles algunas herramientas. No estaba nervioso, pero sí con mi botellita de agua porque a cada rato se me secaba la boca. Le pedía más agua al Tano Ortiz, no podía hablar. Fue una experiencia excelente.

-¿Qué cuestiones básicas no pueden faltar para vos en un técnico?


-En lo posible, no olvidarte de lo que te gustaba y molestaba cuando eras jugador. En mis charlas siempre decía: "No me midas por si te pongo o te saco; medime por las herramientas que te doy, si estoy presente, si te saludo…". En mi época los llamábamos carro de pescado. Lo conformaban los jugadores a los que los técnicos no les daban bola. El manejo de grupo también tiene que ver con eso. No es sólo lo táctico. Por eso a Gallardo le va cómo le va. Eso es liderazgo. En mi época como jugador tuve un montón de interinatos. Y yo odiaba cuando el interino se me paraba enfrente y me hablaba 40 minutos. Antes de aquel partido que dirigí a Racing, les aclaré a mis jugadores que no me tomaran como interino porque podía durar un entrenamiento, cuatro, cinco, un partido, dos. Yo les decía que me sentía entrenador, no interino. Habré tardado 50 segundos en hablar.

-¿Recordás cómo fue tu arenga?


- Yo no creo en la arenga del "vamos, vamos". Cada uno tiene su metodología de trabajo. Lo mío va en base a lo que quiero como equipo. Y después puedo ir reacondicionando algunas cosas según el rival. Vas viendo imágenes que les trasladás a los jugadores y después es muy puntual. Repasar la pelota parada… Y puedo decir algo en la arenga que me salga en ese momento. Relacionado con la vida, con lo que vive el plantel en ese momento.

El técnico que más le enseñó a Nacho González

-¿Hoy el entrenador también debe volcar una cuota de psicología importante en cada plantel?

-Para mí es un mix. Ni los drones o toda la tecnología puesta a lo que es un entrenamiento… Yo con Zubeldía aprendí muchísimo. Hace poco lo fui a visitar a Lanús y sigue editando él. Los análisis los hace él. Si te sobra el tiempo… Hoy tenés un montón de formas de darle las mismas herramientas al lateral derecho uno, dos o el cuarto.

-¿Soñás con volver a dirigir a Racing?


-Seeee, ¿por qué no? Después de estar casi dos años parado, cuando volví a atajar en Arsenal en 2006, un amigo me dijo: "Vos todavía seguís remontando el barrilete". Después de 2002, me suspendieron en España y estuve seis meses sin jugar, porque supuestamente tenía mal el pasaporte. Estaba en mi mejor momento y me pegaron un palazo en la cabeza. Me vine a Estudiantes, con el país detonado. Con la cabeza quemada, me fui a Chicago seis meses. En 2004 no jugué, descansé. Y me fui a Chile: ahí (Unión Española) tuve el problema con Enrique Oses, él árbitro. Lo agarré del cuello y me dieron 22 partidos de suspensión. Después de Arsenal, me fui a Las Palmas. Y me retiré donde yo quería. Las metas que me puse siempre las cumplí.

-¿Qué pasó por tu cabeza para agarrar del cuello al árbitro?


-Son distintas situaciones. Distinta a cuando metí un cabezazo, atajando con la Selección, contra Bolivia, en el 97 (NdeR: eso derivo en una gresca que terminó en el escándalo del corte en la cara a Julio Cruz). Yo era mucho más chico, inconsciente, sin tomar dimensión de dónde estaba. Yo era el uno de los número uno, el arquero de la Selección. Es verdad eso de que a las cosas las valorás cuando no las tenés… Lo de España nunca lo pude superar: estaba en un país ordenado, sin complicaciones. Y de un día para el otro, pum. En 2005 me fui a Chile. Recuerdo que me llevé a mi hijo Alan y me acompañó a vivir, 10 días juntos allá. Bueno, volviendo a lo del árbitro. La pelota salió, tiraron un centro y le protesté al línea, sin insultarlo. Viene Oses y me saca amarilla. Me trató mal, muy mal.

-¿Qué te dijo?

-No me insultó, peor me trató mal. A mí se me cruzó el cable rojo con el negro… "¿Por qué me tratás mal siendo la autoridad?", le dije. "¡Juegue, juegue, juegue!", gritaba. Como yo no le jugaba, vino con la segunda amarilla. Y roja… Lo agarré del cuello y lo tiré al piso. No le pegué ni nada.

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3 comentarios en “"Como entrenador de arqueros no sentía adrenalina"”

  1. Nacho gran arquero que marcó una épica en Racing y Argentina , pero su vida tan tumultuosa , llena de ejemplos de intolerancias , no creo sea un ejemplo para publicar ni aplaudir , me quedo aplaudiendo a aquel gran arquero nuestro brillando !!!

  2. Uno de los mejores arqueros de la historia de Racing. Al menos desde el 65 que empecé a ir a la cancha.
    En primer lugar el indiscutido PATO FILLOL.
    Más atrás y en ese orden: Saja, Arias, Nacho González, Cejas, Campagnuolo, Roa, Luis Carrizo.
    Entre los peores: Leone, Balerio y Gullota. Pero hay que hacer la salvedad que estos últimos tenían una defensa que eran coladores.

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