Racing, con chapa y autoridad

El fútbol sigue en deuda, de eso no hay dudas. Racing esta muy lejos de ser ese equipo que deslumbró en el segundo semestre de 2018, donde se ganó los elogios de todos. Ahora, parece, está en una etapa de transición en la que debe acomodarse rápido. Todavía holgado por el título conseguido, la Copa Superliga le llegó en un momento no del todo cómodo. Sin embargo, con autoridad y mucha chapa, pudo sacarse de encima a un duro Estudiantes.

Sin mucha claridad, más que nada en los primeros 60 minutos, la Academia controló al Pincha que pateó sólo una vez al arco. Es cierto, el equipo de a Coudet tampoco hizo mucho en el área rival, pero jugó sabiendo que el 0 a 0 le daba la clasificación. Y, sin dudas, entender cómo jugar los mano a mano también era una cuenta pendiente que está empezando a saldarse.

Con algo más de confianza y después de que los pibes de Estudiantes quedaran muertos de tanto correr e intentar anular a Racing, la Acadé tomó el control del partido. Comenzó a jugar y a mover la pelota porque ya se generaban más espacios. Está claro, no se puede marcar los 90 minutos con la intensidad que propuso el rival. Fue ahí cuando pudo haberse llevado el triunfo la Academia, pero Andújar y las malas definiciones de los atacantes de Racing se encargaron de que el cero no se moviera.

No desesperarse, la clave de Racing

Ni la falta de gol desesperó a los del Chacho que también supieron aguantar y apostar a alguna contra. Mostrar la chapa del campeón, lograr que el rival lo respetara demasiado y jugar este segundo partido con la cabeza y mucha oficio. Ese que mostró Cvitanich para aguantar de espaldas y generar mil faltas. Y el de Arias, quien respondió cuando lo llamaron.

Racing pasó el primero escollo. Coudet sabía que iba a costar por el rival, por la mala racha de lesionados y por la falta de ritmo del equipo. Mostró autoridad y personalidad. Se arremangó y no tuvo pudor para embarrarse. Ahora le toca ponerse al día en cuanto al juego. Jerarquía e identidad le sobran.