Así somos y nos gusta ser

7 de marzo de 1999. Todavía hay sol en un Cilindro que explota. Más de 30 mil personas cantan más fuerte que nunca. Alientan sin parar. Racing parecería ser una máquina de atacar, de jugar bien, de contagiar a una hinchada que muchas veces dio más de lo que recibió. Pero el campo de juego está vacío. No hay jugadores. Es la primera fecha del campeonato pero ni la Academia ni Central están jugando. El partido de Racing está afuera. Tres días antes, el 4 de marzo, la síndico Liliana Ripoll había pronunciado una de las frases más estúpidas que nos tocó escuchar: "Racing Club Asociación Civil ha dejado de existir". La Sala II de Cámara de Apelaciones de La Plata había ordenado la clausura y la liquidación de todos los bienes del club, apenas un desafío para que los hinchas jugaran su partido más importante de la historia. Su final del Mundo contra el Celtic, el amor que el viejo, que el abuelo le habían transmitido y no podía morir así. Nunca debía ni debe morir.

Y lo ganó Racing. Su gente. Porque la gente, en ocasiones puntuales, también juega. Porque mirá si sabremos eso de sufrir y estar en el piso, y siempre sobrevivir. Luego de semejante muestra de cariño, que le daría a ese 7 de marzo el día del hincha de Racing desde el 2009,  la Cámara de Apelaciones aclaró su fallo: la liquidación de bienes seguía en pie, pero el club podía continuar abierto. Después llegaría la defensa de la sede de Villa del Parque y una pelea que duró poco menos de diez años, pero que terminó con el levantamiento de la quiebra. Si somos la Número 1 no es por marketing. Al hincha de Racing le sobran fundamentos y tiene la piel más curtida que ningún otro. Así somos y así nos gusta ser.

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