Mateo Cassierra: "Duele que mi abuela no me vea jugar"

Camina por el playón con firmeza. Mateo Cassierra levanta la cabeza , saluda y enseguida mete una sonrisa contagiosa. Está feliz en Racing. Se lo nota cómodo. Los tres años en Europa, en el Ajax de Holanda, le hacen un poco más grande la espalda, aunque con apenas 22 años el pibe no se la cree. "Que lindo es este club", lanza el colombiano mientras se dirige a la Platea A para comenzar la nota con Racing de Alma.

Seguro con sus palabras, le mete buena onda a la sesión de fotos y se relaja en una de las butacas, con el Cilindro como principal testigo. "Llegué sobre el final y no fue tan fácil. Me tuve que adaptar al cambio porque vengo de otro país, de otra cultura. Ahora me siento bien, estoy bien desde lo físico y cada día me siento mejor", cuenta Cassierra. Un delantero que la peleó desde chiquito en Barbacoas, su pueblo en Colombia, donde pasó una infancia muy difícil. Ahora la vida le sonríe...

-¿Pensaste que te iba a costar tanto?

-Sí, más que nada por cómo se dio la negociación, que se demoró un poco. Cuando apareció lo de Racing ni lo dudé.

-¿Es raro volver de Europa a Sudamérica con sólo 22 años?

-Pienso que sí, que muchos lo ven así. Pero lo tomo como un desafío. Esta es una gran liga y apunto a mejorar en lo futbolístico y en lo personal. Ojalá pueda darle alegrías a los hinchas de Racing.

-¿Te fuiste muy joven?

-Y, yo creo que sí. Quizá cuando me fui me faltaban adquirir un montón de cosas, tener algo más de experiencia. Creo que venir a este club también me va a servir para volver a Europa mucho más maduro.

Los primeros botines que le regalaron a Cassierra.

-¿Cómo es para un chico tan joven estar solo en Europa?

-Por eso no fue tan fácil para mí. Me tuve que separar de mi mama, de mi familia. Los primeros meses fue muy difícil porque no entendía nada, no sabía el idioma. También el frío, porque allá en Holanda hace mucho frío. Después, con el tiempo, me adapté bien y tuvo la chance de empezar a jugar.

-¿Qué te faltó para explotar?

-Continuidad. Porque tenía la posibilidad de jugar un partido, pero no dos o tres seguidos. Fue una muy buena experiencia porque Ajax es uno de los mejores del mundo y todavía pertenezco a ellos. Estoy tranquilo. Creo también que los dos goles a Boca fueron un clic en mi carrera y me hizo ser visto más rápido.

-¿Cómo fue hacer esos dos goles en la cancha de Boca?

-Fue un sueño porque encima fue por Copa Libertadores, algo único. Después de esos dos goles cambió mi vida por completo. También eso me ayudó a que me conocieran un poco más en el fútbol argentino. Contra Racing, en el Cilindro, hice los dos pase gol en la derrota 4-2.

Jugaste en la cancha de Racing en 2016 por la Libertadores, cuando eras jugador de Deportivo Cali, ¿cómo fue?

-Fue algo único. Veía que siempre apoyaba y estaba metida en el partido. La verdad que es como una motivación extra. Todavía no lo pude hacer con los colores de Racing. pero me estoy preparando para eso. Ese día me distraía con la gente de Racing. íbamos perdiendo 3-0 y alentaban mucho. Algo increíble.

-¿Te imaginás haciendo un gol en la cancha de Racing?

-Sí, lo pienso siempre. El último no se dio pese a que tenía muchas ganas de hacerlo, pero estoy tranquilo.

-Al menos ya pudiste demostrar algo ante Estudiantes, ¿Qué tipo de jugador sos?

-Un jugador que lo deja todo, que aporta tanto en lo defensivo como ofensivo. Soy un delantero al que le gusta jugar, tirarse unos metros atrás y moverse para generar fútbol.

-En Ajax se te veía mucho jugando por el centro, ¿te sentís más cómodo bien de nueve o como segundo punta?

-En Europa, como jugábamos con tres puntas iba por el centro. Acá en Racing jugamos con dos y me gusta flotar, poder salir a jugar. Es donde mejor me siento. En las prácticas me siento muy bien.

Cassiera, punta de Racing
Cassiera mano a mano con Racing de Alma

-¿Y cómo es el día a día con Coudet?

-Todos dicen que está loco, pero para mi es un enorme entrenador. Un tipo muy intenso. Yo pensé que me iba a encontrar con otra persona, pero es un técnico que te habla y te ayuda...

-¿Con qué tipo de entrenador pensaste que te ibas a encontrar?

-No sé, pero me parece un tipo normal. Un loco que está más cuerdo que todos, ja. El siempre trata de hacerte entender la idea que tiene y es muy claro.

-¿Qué te dijo cuando debutaste?

-Algunas cosas tácticas y que disfrute mucho de jugar en Racing.

-¿Qué es lo que más te gusta de Racing?

-Qué siempre quiere atacar, que juega muy bien con la pelota y que cuando no la tiene presiona al máximo para intentar recuperarla. Este es un gran club.

-Vos venís de un club de elite como el Ajax, ¿ves en Racing cosas de un club europeo?

-Sí, creo que en la forma en la que se dan las cosas. Obvio que es difícil comparar por una cuestión lógica, pero veo cosas de club europeo.

-Hoy estás acá en Racing y todo es alegría, pero ¿cómo fue tu infancia?

-Lo que más recuerdo es lo duro que me tocó pasar para poder ser profesional. No nací en la ciudad, sino en un pueblo humilde y se complica mucho. Estoy muy agradecido a mis abuelos y a mi mamá. Fue todo muy difícil.

-¿Qué fue lo más duro?

-No tenía ni para los pasajes y tenía que ir caminando a entrenar. Me dolió mucho que mi abuela perdiera los dos ojos y que nunca me haya podido ver jugar. Ella es una gran personal. Ella no me puede ver pero me escucha y eso me motiva.

El dolor de Cassierra por el problema de su abuela.

-¿Lo sentís de alguna manera especial?

-Sí. La realidad es que como ya no ve muchas cosas son complicadas, pero sin dudas que jugar por ella es algo que me llena el corazón y me da una enorme fuerza. Siempre cuando tengo un partido tanto ella como mi mamá están pendientes. Lo más importante para mí es que ella me escucha y sabe lo que hago por ella y mi familia.

-¿Soñás con que pueda venir a la cancha de Racing?

-Ojalá Dios quiera y pueda escuchar un gol mio. Son cosas que me las imagino, pero es paso a paso.

-También tu abuelo fue importante en tu carrera...

-Jaja, si. Él fue quien me regaló mis primeros botines. Los usé hasta que no dieron más y, cuando era pequeño, pude hacer algunos goles.

-¿Los ves seguido a tus familiares?

-Cuando tengo la posibilidad de viajar les digo que vayan para Cali, yo vivo ahí. Como ha habido mucho violencia de donde yo soy, a mi me cuesta llegar hasta ahí entonces ellos van para Cali. Cuando voy me miro con mi abuela y ella me toca...

-Por todo esto que contás, ahora que sos un jugador profesional, ¿se te hace muy difícil volver a tu pueblo?

-Sí, es muy complicado. También porque queda muy lejos donde yo nací. Se tarda mucho en llegar, más que nada salir del pueblo a la ciudad. Antes demoraba un día. Eso lo recuerdo cuando era niño y fue muy difícil.

-¿Eso te empuja a no bajar los brazos?

-Sí. Uno tiene que aprender a valorar las cosas. Cuando uno viene de un pueblo son pocos los que triunfan y quizá otros se dedican a hacer el mal o otras cosas. Uno, ante todo, tiene que ser disciplinado.

-En medio de todo ese contexto, ¿se jugaba en un club o en el potrero?

-Jugaba en un club. El estadio era muy grande, pero estaba todo rodeado de piedras y cuando podía también iba a jugar a las canchas de micro...

-¿Sos de esos jugadores que está acostumbrado a las patadas?

-Sí, ja. Uno se acostumbra a esas cosas. Acá el fútbol se vive así. Acá en Argentina hay mucho choque y trato de agregárselo a mi juego.

-¿Qué le dirías a un chico de tu pueblo?

-Que estudie y si tiene la ilusión de jugar al fútbol que nunca deje de luchar. Hay que darle valor a todos los detalles.

-¿Y qué les decís a tus abuelos que lucharon tanto por vos?

-Que quiero crecer y ser muchísimo mejor jugar y persona. Son cosas a las que le doy mucho valor. Uno tiene que estar acostumbrado a todo y aguantar todo. Hay que intentar disfrutar lo que más se pueda.

La vez que Cassierra fue titular en la cancha de Racing

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