"Centurión donó plata al predio"

Ya con el sol escondiéndose tras una jornada agradable, ahí está Leonardo Tarrio en la zona de las parrillas del pintoresco predio Tita Mattiussi. Con la calma que le da conocer cada recoveco del lugar, con la tranquilidad de estar hace 18 años en su lugar en el mundo, Manguera, como se lo conoce en el club, repasa toda su historia pegada a la Academia. Intendente y encargado del Predio Tita, canchero del Estadio Juan Domingo Perón, es un verdadero racinguista de Alma. Un hombre al que no le hace falta arrancar un pastito del Cilindro porque lo palpa todos los días.

-¿Cuándo fue la primera vez que fuiste a la cancha a ver a la Academia?
-Desde muy chico, mi viejo siempre me llevaba sin importar los resultados ni las campañas. Es más, tengo muy presente un torneo en el que hacíamos de locales en la cancha de Boca, años muy duros para Racing. Vengo de una familia netamente racinguista. Salvo mi vieja, todo el resto, incluido mi hermano y todos mis primos, son de Racing desde la cuna.

-¿Qué partido te marcó de los que presenciaste en esa época?
-Creo que fue en el fatídico año 83’: un partido contra Unión, como locales, que se armó bastante quilombo y ya se empezaba a palpitar lo que iba a terminar dándose contra Racing de Cordoba a finales de ese año.

-¿En qué momento comenzás a tener un rol más activo dentro del club?
-Una cosa va llevando a la otra. Yo arranqué como socio de la institución en 1985/1986 y un par de años más adelante empecé a hacer viajes siguiendo al equipo. El primero que hice con los “Racing Stones” fue para un partido de 1991, contra Unión. Ruben Paz le metió un gol desde mitad de cancha a Pumpido y Racing ganó 1 a 0. En las tribunas fui conociendo mucha gente, en épocas muy bravas desde lo institucional. Después me gustaba ir a la sede, al gimnasio y hasta me acuerdo de que hice cursos de Computación a mediados de la década del 90’. Creo que hice un curso de Windows 95, ja.

-La década del 90 fue muy dura para Racing ¿Como la vivías?
-Fueron años de muy pocas alegrías deportivas y dónde uno se volvía más hincha de la hinchada. Desde el lugar del hincha uno sentía que ganaba todos los partidos. La hinchada ganaba en cuanto a originalidad y a carnaval. Recuerdo aquella Copa Libertadores del 97, cuando llegamos a semifinales. En el partido contra River, en el Cilindro, se desplegó la bandera más grande del mundo. Después vino el viaje a Uruguay contra Peñarol, en cuartos. Esa copa fue lo más cercano a un éxito deportivo en aquellos años.

-¿En algún momento formaste parte del grueso de la hinchada?
-No. Si bien conocía mucha gente en las tribunas de tanto ir y siempre entrábamos por la puerta 10, formaba parte de los que trataban de ir a todos lados, haciendo algunos viajes. Pero no formaba parte de lo que hoy se dice la barra.

-¿Cómo empezaste a colaborar en el predio?
-Nosotros veíamos que el tema venía complicado, un panorama oscuro se preveía. Todo apuntaba a que se iba a terminar en una sociedad anónima y uno percibía un club de fútbol como una asociación civil desde otro lugar. Empezamos a seguir a referentes y ver cómo ayudar. Un referente de esos inicios fue, sin dudas, Marcelo Betbesé, que era de los Stones. Una persona que yo había conocido en las tribunas y que fue pionero en la idea de conseguir terrenos para nuestras Inferiores. Ahí me metí como voluntario. En los horarios que podía iba para ver de qué manera podía aportar mi granito de arena. Se hacía lo que hiciera falta. Si se necesitaba sembrar, lo hacíamos a mano. Lo mismo para desmontar... Lo que fuera.

-¿El apodo “Manguera” cómo surgió?
-En el predio no era fácil que hubiera agua... Me acuerdo que tuve que ir a buscar una manguera a una casilla ferroviaria que estaba a 200 metros, la llevé con mucho esfuerzo por el costado del predio para poder conseguir agua. Estaba el plomero Gesti dando una mano. Daniela Dadamo, una fotógrafa que también dio una mano importante en aquella gestación, fue la que me apodó Manguera por esta historia, por una foto que me sacó. Y desde ahí quedó, ja. Ella fue la que, por ejemplo, sacó la foto principal desde el mástil de la bandera más grande del mundo.

- ¿Cuáles fueron las bases para la consolidación del Tita?
-En un principio, darle un marco legal. Hasta ahí éramos un grupo de gente, aproximadamente de 50 personas. Nuestra idea era que las Inferiores pudieran utilizar estos terrenos para practicar. Estaban estos terrenos que se habían cedido en la época del presidente Otero (Osvaldo). Prácticamente estaban perdidos. Y bueno... Se recuperaron gracias a la mano de Luis Otero, el periodista, y de Leonardo Strasnoy. La figura legal que se buscó era la de la Mutual: ahí nos asociamos todos con una cuota de cinco pesos y empezamos a armar eventos como bingos o y cosas de animación. Así pudimos terminar la cancha 1, que se fundó el 9 de julio del 2000. Desde ahí Racing empezó a tener una localía.

-Y al poco tiempo llegó el gerenciamiento...
-Claro. Y ellos tenían la potestad de llevarse a los jóvenes a entrenarse a otro lado. Entonces se buscó un acuerdo, un convenio por uso, que fue medianamente discutido en su momento y a partir del cual, con la construcción de la segunda y tercera cancha, quedamos repartidos en que las inferiores de Racing Blanquiceleste ocuparían dos canchas y la Liga de la Mutual, que entrenaba en turno tarde ocupaba, la restante. Por ejemplo, en la Liga de la Mutual jugaba Alexis Soto, reciente incorporación de la Primera. Esto duró hasta 2009, cuando volvieron las elecciones. Hasta ese año, esa Liga sirvió para seguir creciendo.

-¿Qué función tenías asignada durante el gerenciamiento?
-Yo era como el encargado del mantenimiento de la cancha y los espacios que usaba la Mutual del club. Mantenimiento era un decir, porque teníamos pocos recursos, era una cancha dónde había que regarla mucho al mediodía para que no volara el polvo. Veníamos de piedra y polvo. En ese entonces se depositaban más recursos en el colegio del club que se estaba armando que en las canchas.

-También fuiste clave en el colegio del club.
-Ja, se creó en el año 2003. Fui la primera persona en entrar al edificio para establecer la ocupación detrás de la sede en la calle Ameghino. Esa noche, cuando desalojaron el terreno, me quedé a dormir en un colchón viejo para que no la volvieran a ocupar y, así, marcar una especie de territorio para que se empezara con la instalación de una alarma al otro día. La de pulgas que había esa noche, ja.

-¿Se los veía a Marín y De Tomaso por el Predio?
-No, no había trato ni venían. Acá los encargados eran los coordinadores de fútbol que designaba Blanquiceleste. Nosotros seguíamos enfocados en armar eventos, en el colegio, y en cosas nuevas. Por ejemplo, en el 2007 armamos la Copa Ruben Paz. Me tocó gestionar todo para que viniera el uruguayo a visitar el Predio y que fuera una alegría para todos los hinchas.

-Y ahí pasaste de gritar un gol de el en la tribuna a intervenir para que estuviera en el predio en el que estabas trabajando. Me imagino el pecho inflado en aquella gestión...
-La verdad, son muchas sensaciones. Sentíamos que era coronar de alguna manera todo el laburo que veníamos haciendo, trayendo a un ídolo como Ruben Paz y ocuparme de toda la logística. Fue un torneo relámpago, 21 equipos en cuatro canchas, muchos ex jugadores... Fue una gran jornada aquella en el 2007.

-¿Qué cambió a partir de 2009?
-Era algo que nosotros veníamos esperando. De hecho, había una cláusula en el estatuto de la Mutual que decía que, cuando el club volviera al mando de los socios, La Mutual se disolvería y el predio volvería en su totalidad al club. A mí me nombraron como Intendente del Tita y como encargado, rodeado de gente con muchas ganas.

-A mitad de 2009 apareció ese tractor tan necesario...
-Exactamente,. Fue un gesto importante de parte de la familia Zuculini, que quisieron donar una caldera luego de que Franco fuera vendido. Cómo de caldera estábamos bien, donaron un tractor, que era algo imprescindible para hacer el mantenimiento de la mejor manera posible.

-¿Cuáles son tus funciones como Intendente del Predio?
-Soy encargado de la parte administrativa, del personal y también de mantenimiento del predio. No me quiero olvidar de una persona que ha sido fundamental en el crecimiento del Predio Tita: Roberto Cousillas.

-¿Cómo fue la experiencia de pasar a ocuparte del terreno del Cilindro?
-A partir de 2012, cuando llegó Zubeldía como técnico. El solía visitar el predio a ver cómo estaban las inferiores. Hasta ahí los únicos técnicos que habían asomado de Primera habían sido Lopez y Cavallero en el 2000. Hasta que llegó Zubeldía, con García como encargado del Cilindro. A Zubeldía le gustó mucho la condición en la cual estaba el predio y, gracias a ese visto beno, Leandro Rodríguez Hevia y Adrián Fernández, por ejemplo, me dijeron que me hiciera cargo del estadio junto a Quique Barreto, apoyados también en García. También fue clave el laburo de Dani Vila, que había jugado acá en las Inferiores

-¿Cuál fue el primer partido en el que el Cilindro pasaba a depender de ustedes?
-No me acuerdo bien, si sé que fue a mitad del 2012. Nosotros habíamos planificado el sembrado y demás y, en el medio, el club cerró la Copa Budweiser en el Estadio, lo cual terminó complicando un poco las cosas. Pero bueno, son esos imponderables a los que uno se fue acostumbrando.

-¿Tuvo repercusiones en su trabajo al frente de las canchas la interna final entre Cogorno y Molina?
-La verdad que no, ambos desde su lugar han ayudado a este crecimiento del predio. Obviamente que a uno le da lástima cuando hay internas de ese tipo, porque entiendo que eran gente que querían al club.

-¿Alguna perlita del torneo que salimos campeones en 2014?
-Ese año fue inolvidable, se dieron todas. Yo suelo ver todos los partidos desde la Platea D por un tema de costumbre, pero el partido con Godoy Cruz lo viví de adentro. Dar la vuelta fue algo increíble e inolvidable. Con respecto al terreno de juego del Cilindro, para mi aguantó muy bien hasta octubre de 2014. De hecho, aguantó muy bien un domingo de tormenta bárbara que jugamos con Rafaela. En los últimos tres partidos de aquel torneo hubo que remendarlo de alguna forma. Más que nada estaban afectadas las líneas laterales.

-¿Qué fue lo más raro que te encontraste en el campo luego de algún partido?
-Podés encontrar de todo, capaz algo que se le puede caer a algún jugador. Pero quizás lo más raro que encontramos fue cerca de los tiros de esquina: notamos que el pasto estaba un poquito más levantado que de costumbre. Para mí que cerca de los cuatro banderines del córner se hizo un trabajito especial que terminó resultando de cábala, porque se hizo a mediados de 2014, je.

-Estuviste como encargado del Cilindro hasta mediados del 2015. ¿Qué fue lo que ocurrió para que dejaras de serlo en aquel momento?
-Yo entendí que son cosas que pueden ocurrir. Aquél equipo campeón utilizaba bastante el predio Tita. Quizá hayan notado que en su momento, a mediados de 2015, lo mejor era que yo dejara de ser el encargado del campo de juego del Estadio Presidente Perón. Más allá de que obviamente en el momento me resultó difícil, puse la otra mejilla y seguí trabajando a fondo como siempre en el predio.

-¿Qué sentiste cuándo te volvieron a designar como el canchero del Cilindro?
-Me anunciaron que pasaría a ser nuevamente el encargado del Cilindro en agosto del año pasado, después de la final por Copa Bicentenario contra Lanús. Fue una alegría que hayan vuelto a confiar en el trabajo de todo el equipo. Y la mejor manera de afrontar todo es seguir trabajando con todo.

-Cocca regresó al club a fines del año pasado. ¿Cómo fue el reencuentro?
-Muy bueno. Cocca y su cuerpo técnico ya habían estado en la despedida de Milito en noviembre pasado y nos llegaron comentarios de que habían visto el terreno en muy buen estado, así que todo bien.

-¿Cómo hacés para tener todo controlado en el Tita y en el Cilindro?
-Somos cuatro personas que estamos de un lado para el otro y muy bien acompañados desde la dirigencia en cuanto a los recursos que nos hacen falta para tener todo en orden. Por ejemplo, el tema maquinarias. En el día a día nos complementamos muy bien con todo el equipo.

-¿Para este semestre que Racing también afronta Copa Sudamericana, se tiene algo previsto para el campo?
-Para fin de año tenemos pensado un drenaje para la cancha auxiliar, que necesita renovación.

-¿Te suelen pedir desde el cuerpo técnico o mismo los jugadores que se riegue antes de los partidos como local?
-Sí, suele ocurrir varios minutos antes del partido. Piden que se riegue cerca del arco adónde atacará Racing el primer tiempo. La verdad, no estoy del todo seguro para qué es. Entiendo que para que los delanteros tengan más desequilibrio ante los defensores y generarles alguna incomodidad al arquero rival o a los defensores. Eso pasa en la mayoría de las canchas tengo entendido.

-¿En algún momento de tu infancia o cuando seguías a Racing por todos lados imaginaste que ibas a ser el canchero principal del club de tus amores?
-No. De hecho, me había puesto a estudiar mecánica dental cuando terminé el colegio y bueno... Tuve que dejar porque me la pasaba día y noche acá por así decirlo. Y obviamente es un orgullo hacerlo en el club que uno ama desde chico.

-¿Qué pensás cuando ves el antes y el ahora del predio?
-Me parece un sueño, que se fue construyendo a partir de toda aquella gente que siempre estuvo al lado del club. Este predio esta hecho por la gente, es el predio de la gente.

-¿Te reconoce la gente cuando vas a la cancha?
- Ja, no. Pero por el apodo es cierto que a veces aparezco en varios lados.

-¿Qué objetivos te planteas para lo que viene?
-Considero que el objetivo principal está logrado: que las Inferiores jueguen acá. Para más adelante hay que seguir fomentando más comodidades, como mejoras en los vestuarios para los chicos. Estamos haciendo una cancha más para la Primera y para los chicos. Hay varias ideas, por ejemplo el proyecto de Cilindrito que tiene pensado Diego Milito para hacer aquí en el Tita y permitir que se concentre el fútbol del Baby y de las infantiles también acá.

-¿Algún jugador para destacar por su generosidad para con el Predio?
-Muchos han dado una mano, pero creo que los hermanos Zuculini y el Caco Centurión han aportado mucho. Centu donó una plata importante cuando lo vendieron a San Pablo y siempre se portó muy bien con todos nosotros.

-¿Se te infla el pecho de orgullo por ser el canchero de Racing?
-Si, más vale que es un orgullo, pero también una responsabilidad. Hay que tomarlo como tal y siempre saber que el trabajo es la principal herramienta para demostrar el amor por el club.

-¿Sufrís más si hay una terrible tormenta o si Racing pierde un partido?
-Ja, con tal de que Racing no pierda, que llueva lo que tenga que llover.

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14 comentarios en “"Centurión donó plata al predio"”

  1. Muy buena nota. Felicitaciones a Manguera y a la gente que desinteresadamente hizo tantas cosas por el club. Tambien doy gracias porque se merecen estar acompañados por buenos dirigentes.

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