La racha con que Belgrano llega a Racing

Las finales se juegan como tales. Los rivales se analizan al máximo. Cada detalle se evalúa minuciosamente. Porque todos quieren saber a qué juega el contrincante. Qué hace, qué deja de hacer, cuáles son sus puntos débiles. Y Racing sabe que esto debe hacerlo hasta consigo mismo. Mirar para adentro suyo. Pero nunca jamás dejar de observar al oponente.

Belgrano será para la Academia un rival duro y endeble simultáneamente. Es cierto que el equipo cordobés viene a jugarse todo al Cilindro y la sola posibilidad de poder sacarle al menos un punto se mira con total deseo en Barrio Alberdi. Pero al mismo tiempo, el conjunto dirigido por Coudet conoce las limitaciones de su rival, que son específicamente ofensivas.

Si bien el único triunfo que obtuvo el Pirata ha sido la fecha pasada ante Patronato por tres a cero, también es cierto que conserva una racha ideal. Mantiene un invicto de siete partidos (seis pardas y una victoria). Es decir, todavía no ha perdido en este 2019. Esto habla a las claras de que su arma letal no es el ataque (sólo marcó cuatro goles), sino la defensa. El único equipo que pudo convertirle este año fue Boca en la fecha 18 y ni siquiera se llevó los tres puntos. Luego, sacando la reciente buena actuación ante el Patrón de Paraná, fueron todos empates sin goles. Está claro que Racing deberá mirar atrás, a la que será por momentos una línea de cinco defensores. Atento Chacho.

Licha y Cvita ya piensan en cómo entrarle

A pesar de que el rival de la Academia mantenga momentáneamente el rótulo de invencible desde la reanudación de la Superliga, el dúo dinámico ya se prepara. La sociedad del 15 y el 20, la de Lisandro López y Darío Cvitanich, ya estudian con el Chacho la forma de generarle problemas a esa escuadra ultradefensiva.

Si bien es válido y comprobable que Belgrano sólo ha recibido un gol en los últimos siete partidos, la artillería de Racing está lista para quebrar esa valla. Entre el capitán y Bebecvita han acumulado 19 goles. Licha es el goleador del torneo con 16 y Darío, con el empate agónico en Santa Fe, alcanzó los tres tantos en Avellaneda (en Banfield marcó otros cinco). Esta dupla de oficio conoce los vericuetos del fútbol cuando la cosa está complicada. Que se metan atrás todo lo que quieran. Acá están los hombres del Chacho, listos para seguir sonriendo.

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