"La historia de Racing e Independiente cambió mucho..."

De la imagen inicial, cuando llenaba de besos a su crucifijo, a la de ese final pura euforia, exultante, con abrazos a sus jugadores en pleno festejo, después de silenciar a un estadio que termino triste. Gustavo Costas en Racing soñó mucho con ese momento en un clásico. Con ganarle a Independiente como técnico, algo que nunca antes había logrado en la Academia. Con darles y darse una alegría a los hinchas externos y al que tiene pegado a su corazón desde la cuna. Costas es Racing y Racing es felicidad por haberle ganado a su rival de siempre. Y de visitante...

 "Lo dicen los números, la historia cambió mucho, como cambiaron los clubes. Independiente antes era un lujo y nosotros éramos los humildes. Nosotros no teníamos ni cancha para entrenarnos e Independiente era una institución ejemplar. A nosotros nos tocó caernos y ya nos levantamos", dijo el técnico, emocionado, con palabras que se ajustan a aquella realidad y a la actual. En aquella, como suele decir en la Academia, "había que tener huevos para ser hinchas de Racign en Avellaneda, donde yo nací, porque ellos ganaban copas y nosotros estábamos mal". Los tiempos cambiaron Gustavo, sí. Y bienvenido sea.

"Viví la peor época de Racing e Independiente ganaba todo. Es un clásico, esa rivalidad la tuvimos siempre. No somos enemigo, somos rivales. Cuando yo iba al colegio -rememoró el entrenador en la Academia-, la mayoría de la gente era de Independiente en Avellaneda, era difícil ser hincha de Racing en ese momento".

Costas en Racing atravesó una semana muy especial antes del clásico

Costas vivió una semana con una carga emocional muy grande en la Academia por su responsabilidad como DT y, sobre todo, por su fanatismo por el club. Era un doble compromiso personal. Con su profesión y con su amor por el escudo. Ya el viernes se conmovió por el banderazo histórico de los hinchas en el Cilindro. Y este sábado lo terminó de la mejor manera. Con el alma en paz. Con el sabor de haber triunfado en su primer derbi de ciudad como técnico, tras empatar tres y perder uno, todos jugados en el Cilindro.

Como ingrediente a la previa en la Academia, hubo una adversidad impensada relacionada a la salud. "Fue terrible. El martes estuve vomitando toda la madrugada", reveló. Y admitió, con sus ojos mojados: "Estuve muy ansioso, pero tenía mucha fe. Tengo una fe enorme en este grupo. No pensaba vivir esto porque no pensaba que iba a ser técnico de Racing de nuevo. Ahora, lograr todo esto y el cariño que me da la gente es hermoso. Estoy feliz porque mi gente está feliz".

La satisfacción por el carácter de sus jugadores

Gustavo agregó en la Academia que "los clásicos son campeonatos aparte. Podés jugar bien, mal o regular. Pero hay que ganarlos". Y el emblema de la Academia lo consiguió, en lo que fue su primera gran alegría desde su regreso al club. Sobre el desarrollo del juego, que tuvo en Maravilla Martínez a su figura, analizó: "Ellos entraron mejor en los primeros 5 minutos de cada tiempo, pero después Racing manejó la pelota y los tiempos. Yo pienso que podríamos haber hecho un gol más, tuvimos chances claras en el primer tiempo y en el segundo tiempo. Los chicos tienen una personalidad enorme. Tuvimos muchísimo la pelota, la movimos de un lado al otro y cuando tuvimos que atacar, atacamos".

El entrenador ahora va detrás de cumplir otro sueño: conseguir un título en la Academia como conductor. "Para el campeonato todavía falta mucho,. Yo vine para eso, lo dije cuándo llegué. El hincha de Racing se siente representado por el jugador. Podemos jugar bien o mal, pero dejan todo adentro de la cancha. Los clásicos te dan envión, pero no podemos relajarnos. Ahora tenemos que pensar el Platense el viernes. Estos partidos te ayudan, pero hay que tener los pies sobre la tierra y mantener la humildad de siempre".

Foto de portada: @g4ortizfotografia