"¡Un minuto de silencio..!"
Delante de los ojos de una multitud hostil, que se iba de la cancha con el pecho lleno de bronca y desazón, los jugadores de Racing empezaron a armar su propia fiesta en pleno terreno apenas Patricio Loustau marcó el final del clásico de Avellaneda. Gritos, abrazos, lágrimas, desahogos, euforia, locura. Esos ingredientes emocionales continuaron […]